miércoles, 22 de enero de 2020

Blancanieves y los siete hombres del bosque.

Hoy os traemos nuestro final alternativo al cuento de Blancanieves y Los Siete Enanitos. Esperemos que os guste:

Érase una vez, en un reino muy muy lejano, un rey que vivía feliz con su amada, hasta que un día la muerte vino a visitar a esta última, dejando al primero viudo. El rey, que tenía una hija, rehízo su vida con otra mujer, la cual se convirtió en reina… hasta el día de su muerte.
1ª ESCENA:
(Se ve el interior del palacio de la reina, lleno de muebles lujosos y ornamentos de oro. Sale la y comienza a hablar frente a un espejo mágico.)
- Reina: Espejito, espejito, sé que te lo he preguntado muchas veces, pero... ¿quién es la mujer más inteligente y sabia de este reino?
- Espejo: Su Majestad, hay una muchacha que usted conoce bien, se llama Blancanieves, ella es la mujer más inteligente y sabia del reino.
- Reina: (Enfadada) ¿cómo dices? ¡Eso no es verdad! ¡Solo yo puedo ser la más inteligente, no voy a dejar que nadie ocupe mi puesto, de ninguna manera!
Tras descubrir esta verdad, la malvada y celosa reina decidió acabar con la vida de Blancanieves. Mandó llamar a un cazador y le ordenó que se llevase a Blancanieves al bosque y, allí, la matase. Como prueba de obediencia, le pidió traer en un pequeño cofre el corazón de la joven.
2ª ESCENA:
(Se ve un bosque lleno de frondoses árboles y animales que se dirigen amigablemente hacia Blancanieves, que camina detrás del cazador.)
- Blancanieves: (Cansada) creo que va siendo hora de volver a casa, ya estoy agotada de tanto andar... y seguro que usted también.
- Cazador: (Dubitativo) creo que le voy a contar lo que pasa, princesa. La reina me ha ordenado que te traiga aquí para matarte... Pero mi conciencia no deja de atormentarme, ¡no puedo hacerlo! Después de trabajar tantos años para tus padres... ¡Los reyes más honrados que he conocido jamás! ¿Cómo podría ser capaz de algo así? (Hace una pausa para calmarse). Cuando regrese, la reina me pedirá una prueba de tu muerte, así que mataré un jabalí por el camino y le entregaré su corazón para engañarla. Pero tú, Blancanieves, ¡huye! Tienes que irte muy lejos de aquí, ¡huye y no vuelvas nunca, hasta que esta reina muera!
Blancanieves agradeció la valentía y nobleza del cazador, y cuando este se marchó, hizo como le había aconsejado. Siguió andando durante un tiempo en dirección contraria hasta que llegó a una casita de madera que se escondía entre los árboles. Como estaba muy cansada y necesitaba un sitio en el que pasar la noche, abrió la puerta y entró.
3ª ESCENA
(Se ve el interior de la casa de madera. Está exquisitamente ordenada y decorada, limpia y reluciente.)
- Blancanieves: ¡Pero qué casa más bonita! ¡Y qué bien huele! ¡Está más limpia que el palacio! ¡Y mira cómo brilla el suelo! ¡Qué muebles más bonitos y más bien puestos! ¿Quién vivirá aquí? Por lo que veo, no son muy altos o altas, pero buen gusto tienen, desde luego que sí. (Bosteza) ¡Qué cansancio! Creo que voy a usar sus camas... Espero que no les moleste.
4ª ESCENA:
(Mientras Blancanieves duerme, las personas que viven en la casa van llegando de sus trabajos, hablando entre sí sobre cómo les ha ido el día.)
- Sabio: Ay... ¡No puede ser, Feliz! Este año está lloviendo muy poco y no me crecen los tomates... 
- Feliz: Sabio, no te preocupes, han anunciado lluvia en estos días. Es más, hoy en clase mis alumnos y yo hemos estado hablando del tiempo...
- Mocoso: Sabio, a ti no te crecerán los tomates, pero yo tengo los bolsillos repletos, cada vez tengo más cobros que recaudar...
- Mudito: (Realiza signos de asombro ante las palabras de Mocoso.)
- Gruñón: ¡Oh! ¡Por mi rebaño! ¡La luz de nuestra casa está encendida!
- Tímido: ¡Señores, señores! ¡Corramos hacia la casa! ¡Algún intruso habrá entrado a saquearnos!
- Dormilón: (Mirando hacia el horizonte) esa luz debe ser alguna señal divina...
5ª ESCENA:
(Los siete hombres abren la puerta y no ven a nadie, pero al dirigirse hacia la habitación descubren que hay una persona dormida en sus camas.)
- Mudito: (Se tapa la nariz al oler a Blancanieves y hace gestos exagerados de repelús.)
-Gruñón: ¡Eh, tú! ¡Chhhst! (Dándole golpecitos a la princesa con su vara de pastor.)
- Mocoso: Hmm... Deberíamos cobrarle por una noche de estancia, porque ha dejado las sábanas hechas un asco y el suelo lleno de barro.
- Dormilón: No penséis en eso, compañeros. En esta vida, todo vuelve... Si la ayudamos, seguro que el destino nos recompensará algún día.
- Blancanieves: (Se despierta sobresaltada del susto). ¡Ah! ¿Quiénes sois? ¡Perdonadme, no me hagáis daño, por favor!
- Feliz: ¡Hola, chica! Tranquila, no te vamos a hacer nada. Parece que has hecho un viaje un poco duro, ¿te gustaría darte una ducha? Si quieres, mientras tanto te prepararemos algo de comer.
- Blancanieves: Muchas gracias por reaccionar así. He llegado hasta aquí huyendo de la reina, que ha pedido mi muerte.
- Gruñón: ¿Tu muerte? ¡Entonces eres una criminal! ¡Fuera de aquí!
- Blancanieves: ¡No! ¡Soy la princesa! ¡La princesa Blancanieves!
(Todos los hombres se quedan anonadados, mirándola fijamente e intentando encontrarle el parecido con los últimos recuerdos que tienen de la princesa.)
- Feliz: ¡Es increíble! ¡La princesa en nuestra casa! ¡Cómo has crecido! ¡Qué alta y guapa estás!
- Sabio: No te preocupes, princesa, aquí no te va a pasar nada de nada, ¡vamos a cuidar de ti mejor de lo que cuido yo mi bendito huerto!
(Mudito, amablemente, le indica a Blancanieves dónde está el baño y le deja en sus manos ropa limpia y una toalla.)
6ª ESCENA
(Blancanieves se da un baño mientras los hombres limpian la habitación y preparan una sabrosa cena. Todos cantan al unísono.)
- Sabio: ¡Oíd! Coged las frutas que he traído hoy del huerto para la cena, eh, que quiero que Blancanieves las pruebe.
- Gruñón: Yo voy a cortar un poco del queso que preparé el otro día de mi vaca Lola, que seguro que le encanta.
- Feliz: Tened en cuenta que es nueva aquí y está lejos de su hogar. ¡No seáis brutos con ella, que os conozco!
- Mocoso: Yo sigo pensando que podríamos cobrarle algo por los días que vaya a estar aquí.
- Dormilón: Ya te dije que de eso ni hablar. Por Dios, Mocoso, ¡que es la princesa! Aunque eso da igual, debemos ser buenos con las demás personas para ser felices.
- Mudito: (Hace gestos indicando que Blancanieves está bajando las escaleras y pide silencio).
- Tímido: ¡Señores y señoras! Se anuncia que está bajando por las escaleras la nueva huésped de la casa de los hombres del bosque: ¡La princesa Blancanieves! ¡Un aplauso para ella, por favor!
(Todos aplauden con mucha alegría y Blancanieves se sienta a la mesa.)
- Blancanieves: ¡Qué bien huele todo! Se me está haciendo la boca agua... ¡Pienso comérmelo todo!
- Mocoso: Ni se te ocurra, que luego nos quedamos sin comida y pasamos hambre.
- Sabio: Mocoso, podrías ser más amable y generoso con nuestra invitada, ¿no?
- Feliz: Muchachita, espero que estés mejor después de esta cena, esa malvada reina postiza no te encontrará nunca aquí.
- Gruñón: Señores, hay que ser cautos y andar con mucho ojo. Y como esa impostora venga por aquí... ¡Le daremos una buena paliza entre todos!
- Blancanieves: Agradezco vuestra ayuda, pero esto es algo que debo resolver yo sola. Por cierto... ¿Puedo preguntaros algo? ¿Por qué sois todos tan bajitos?
- Gruñón.: Niña... ¿A ti qué te han enseñado en la escuela?
- Feliz: No te preocupes, Blancanieves, está bien preguntar. Pues verás, todos nosotros padecemos una enfermedad conocida como enanismo. Hace que nuestros huesos crezcan menos que los de los demás, pero podemos vivir una vida perfectamente normal. Lo único que tenemos diferente es la altura.
- Blancanieves: ¡Vaya! No tenía idea de que eso existía. Muchas gracias por la explicación, Feliz.
- Dormilón: Bueno... Ya va siendo hora de mi momento favorito del día: ¡Es hora de dormir!
- Mocoso: Me pregunto si algún día se aburrirá de dormir... es muy cansino. 
- Blancanieves: Dormilón tiene razón, es hora de descansar.
(Tras cenar, Blancanieves se va a dormir a una camita que le han preparado los hombres).
Desde aquella cena, los días fueron pasando y la convivencia entre los siete hombres y Blancanieves cada vez fue a mejor. Todos vivían felices y contentos. Sin embargo, muy pronto todo cambiaría.
7ª ESCENA
(Se ve a la reina en sus aposentos, frente al espejo mágico.)
- Reina: Espejito, espejito, ¿quién es la más sabia de este reino? (Risa malvada) me encanta escuchar una y otra vez la respuesta.
- Espejito: Querida reina, tú eres la más inteligente de este reino... Pero hay una muchacha más sabia que tú en las afueras del reino, su nombre es Blancanieves.
- Reina: No... No puede ser, ¡espejo escacharrado! ¡Blancanieves está muerta, yo misma tuve en mis manos su corazón!
- Espejito: ¿Estás segura de eso? Yo puedo mostrarte que está viva, más viva que tú y yo juntos. 
(La reina ve a Blancanieves en el espejo, hablando con los siete hombres de la casa del bosque.)
- Reina: (Enfadada) no, no, no... ¡Maldito cazador, le haré encerrar por traidor!
- Espejito: Eso no te ayudará a dejar de ser menos inteligente que ella, señora.
- Reina: ¡Yo misma me encargaré de acabar con ella!
8ª ESCENA:
(Se ve el sótano del castillo.)
La malvada reina marchó presurosa a preparar un hechizo para convertirse en bruja y una poción para envenenar a Blancanieves.
- Reina: (Con los brazos extendidos, vertiendo ingredientes en un caldero) polvo de momia para envejecer... Con la oscuridad de la noche me vestiré... Mi voz por la de una bruja cambiaré... Para encanecer mi cabello, ¡un grito de terror daré! Una ráfaga de viento para avivar mi rencor y un relámpago mezclará  mi juramento... (Suena un relámpago en todo el reino). Y ahora... Envenenaré esta manzana... Esa mujerzuela la morderá... ¡Y adiós para siempre dirá!
9ª ESCENA
(Mientras tanto, Mudito y Gruñón están comprando en el mercado algunas cosas que hacen falta para la comida. Blancanieves les acompaña.)
- Blancanieves: ¡Mirad qué buena pinta tienen esas manzanas rojas, qué brillo y qué color más bonito!
- Mudito: (Afirma enérgicamente el puño en lengua de signos).
- Gruñón: No están mal “pa lo que se ve paí”.
- Bruja: Ven niña, ven... ¡Las tengo de oferta! Si te llevas un kilo, te regalo otro. Mira, aquí tengo una ya partida para que la pruebes, coge este trocito.
- Blancanieves: Muchas gracias, señora, seguro que está riquísima. Toma Mudito, pruébala.
(Mudito prueba el trozo, y tal y como le da el bocado, se cae de espaldas. La bruja sale corriendo y desaparece entre la multitud, dejando la tienda de fruta vacía. Blancanieves y Gruñón llevan a Mudito a casa para hacérselo saber a los demás.)
10ª ESCENA:
Cuando Blancanieves y Gruñón llegaron a casa con Mudito en brazos, el resto de compañeros intentaron despertarlo.
Primeramente, Sabio se dirigió hacia su frasco de hierbas curativas y preparó un té especial.
-Sabio: Hojas de pino, flor de jazmín, pétalos de rosas y seta marrón. Por favor, despierta Mudito…
(Las hierbas no surgen efecto así que lo intenta Feliz).
- Feliz: Un problema es una necesidad no resuelta. Voy a buscar la solución... Según mis conocimientos del cuerpo humano, si yo aprieto justo aquí escupirá el trozo de manzana. (Hace la maniobra de  heimlich pero no funciona.) Mocoso, por favor, inténtalo tú...
- Mocoso: Está bien... (Entre nervios y llanto se escucha a Mocoso gritar). ¡Mudito! Si despiertas, te daré todas las recaudaciones de este mes. ¡Vamos, Mudito! Te daré... ¡todo el dinero del mundo! (No funciona.) Gruñón, no hay manera... Inténtalo, tú podrás despertarlo.
- Gruñón: ¡Por mis ovejas que este despierta!  
(Gruñón coge la vara que usa para guiar a su rebaño y se dispone a golpear a Mudito.)
- Gruñón: ¡Así es como se hace... tanta tontería!
(El resto de hombres, viendo su reacción, separan a Gruñón de Mudito. Seguidamente, sale Tímido al centro diciendo que él lo intentará con su voz de pregonero.)
-Tímido: Lo intentaré yo, pero no me miréis que me da vergüenza… (Coge aire) ¡DESPIEEEERTA, MUDITOOOO, DESPIERTAAAAA!
(Tímido, al ver que no despierta, se quita y le pide a Dormilón que lo intente.)
- Dormilón: Queridos amigos, creo que no deberíamos seguir intentándolo. Si el destino así lo ha querido, no podemos ir en su contra. Ha llegado el momento de que Mudito entre en el descanso eterno… Y si en algún momento debe volver, volverá. Pero hasta entonces, nunca morirá, porque siempre lo recordaremos y lo tendremos en nuestros corazones. 
Con las palabras de Dormilón, todos sus compañeros comenzaron a llorar ríos y ríos de lágrimas e intentaron reconfortarse entre ellos en un cálido abrazo. 
- Blancanieves: (Sollozando) yo soy la culpable de todo… Debí haber comido yo, no él… Si no hubiera venido a esta casa, nada de esto hubiera pasado...
Tras todos los intentos sin resultado, Blancanieves y los seis hombres del bosque decidieron forjar un féretro de cristal en el que reposase el cuerpo de Mudito, y así poder velarlo por siempre. Lo llevaron al bosque para que los animales también pudieran despedirse de él. 
Blancanieves, tras mucha reflexión, deduce que fue la reina convertida en anciana la que envenenó a Mudito, así que decide ir a buscarla para hacer justicia.
11ª ESCENA
(Blancanieves entra al castillo y se encuentra a la reina en el trono.)
- Reina: ¡Tú! ¡Otra vez tú! ¿A qué vienes, Blancavienves?
- Blancanieves: ¡A hacer justicia por la muerte de Mudito!
- Reina: ¿Qué quieres? ¿Luchar acaso?
- Blancanieves: Sí. Has quitado una vida a una persona inocente y debes pagar, ¡no me importa tu corona! Y si no... ¡Mátame tú misma!

Así fue como la reina y Blancanieves se enfrentaron en una dura lucha de espadas. Llegado el momento, y justo cuando Blancanieves tenía la vida de la reina en sus manos, su espada empezó a temblar, la apartó del cuello de la reina y comenzaron a salirle lágrimas.
-Blancanieves: No... No puedo. Matarte no traerá de vuelta a Mudito. Y vivir con odio sólo va hacer que todo sea peor... Te perdono.

En ese preciso instante, una luz resplandeció por todo el castillo y, de forma mágica, los ropajes de la reina pasaron a ser blancos y relucientes. Blancanieves, atónita por lo que acababa de acontecer, tiró la espada al suelo y se sentó junto a su madrastra; la cual le contó su secreto más profundo:

- Reina: Cuando era niña, un malvado brujo echó sobre mí una maldición, la cual me convirtió en una persona llena de maldad. La única forma de liberarme de esa maldición era recibir el perdón verdadero, como el que tú me acabas de dar.

Blancanieves, conmovida, se fundió en un abrazo con su madrastra e hizo las paces con ella. Como muestra de su cambio, la reina revertió el hechizo hacia Mudito.
- Reina: Ya puedes ir al lugar donde tengáis a Mudito, él te estará esperando.
12ª ESCENA:

(Blancanieves sale corriendo del castillo con muchísima ilusión en dirección al bosque. Allí, se encuentra con los seis hombres de la casa del bosque gritando ilusionados sin saber qué ha pasado, pero felices porque Mudito, su fiel amigo, ha despertado.)
- Enanos: ¡Blancanieves, Blancanieves! ¡Mira! ¡Mudito ha despertado!
- Blancanieves: ¡Eso es maravilloso!
(Aparece la reina en el bosque).

- Reina: ¿Y qué esperamos? Vamos todos a celebrarlo.
- Enanos: ¡Hermanos, mirad! ¡Ahí está esa bruja malvada! ¡Vamos a por ella!
- Blancanieves: ¡No, no! ¡Parad, chicos, no le hagáis daño! La venganza no trae nada bueno... Y yo ya le he perdonado. Ha sido ella misma quien ha hecho revivir a Mudito.

- Reina: Así es, tengo que darle las gracias a Blancanieves por perdonarme... Es una niña inteligente, bella y buena... Para agradéroslo, venderé el castillo y repartiré todo el dinero entre los más desfavorecidos del pueblo... y para vosotros, por todo el daño que he causado (llorando).
- Blancanieves: Yo solo he hecho lo que de verdad he sentido, ahora es libre para hacer lo que le dicte tu nuevo corazón.

- Hombres del bosque: Está bien, Blancanieves ¿qué te parece si la reina se queda con nosotros? Con el dinero del castillo podremos ampliar nuestra casa para las dos.
- Reina: Gracias. Os adoro, sois un encanto todos. Será un placer estar junto a personas tan amables y generosas.
- Blancanieves: ¡Viva, viva!
- Hombres del bosque: ¡Viva, viva!
- Reina: ¡Viva, viva!
Y así fue cómo esta emocionante historia llegó al fin del principio. Años después, Blancanieves se casó con Mudito, del cual estaba perdidamente enamorada, y adoptaron a un bebé huérfano al que habían abandonado por enanismo.
Fin.

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